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Preciosa Sangre de Cristo - Cynthia González |
Para un 10 de marzo en que se celebraba en San Juan del Monte la fiesta de la Preciosa Sangre de Cristo, mi abuela, Adela Mora, pensó en llevar un autobús... hará unos 45 o 50 años e inició la peregrinación.
Para aquel entonces, la carretera a Saltillo era un brecha de un solo carril y terminaba un poco más adelante de Ixtlahuacán del Río. Me cuentan que de la colonia El Retiro, a lo que es ahora el balneario Los Camachos, hacían unas cuatro horas de camino... un calvario llegar a San Juan del Monte, donde tenían que hacer camino entre robles y desatascar automóviles a menudo.
Pero que yo recuerde, "los obstáculos" nunca representaron ni una piedra en el zapato para mi abuela. Así, mi abuela se coordinó con el padre Inés para que los recibiera en la misa de 12:00. Lo que sería en adelante, la misa de los hijos ausentes.
Partieron los peregrinos de Peñuñuri 75 a las 5:00 am rumbo a San Juan del Monte, con la fe por delante y con los ajuares de gala. Que eso sí, los hijos de Adela Mora, tenían que ir de estreno siempre... jeje.
Llegaron puntuales. Bajaron del camión a la entrada del pueblo y comenzaron la mini-romería de dos o tres callecitas hacia la entrada de la iglesia, donde los esperaba ya, a la puerta el padre Inés para iniciar la celebración. Empanizados pues hasta las narices, los romeros se dispusieron a oír misa.
Terminada la celebración, los peregrinos, se refugiaron en las frescas casas de sus familiares a mitigar el hambre y a descansar del trajeteado viaje. A los nuestros, la "Tía Lupe" era quien los acogía.
Para el siguiente año, dos camiones conformaron la peregrinación.
Mi abuela se dio cuenta de algo. Entre los peregrinos, había invitados que no tenían familiares en San Juan del Monte y que no tenían, como la mayoría, la casa de un familiar que los acogiera al terminar la celebración... así que de una manera u otra, se acomodaron en las casas de quien amablemente les compartieran.
No volvería a suceder, que "su gente" tuviera que pasar trabajos.
Al siguiente año, para el mes de enero, hizo una pequeña colecta. Acudió con los Mora, que tenían una tienda en el Alcalde. Los vacunó. Nunca importó la cantidad, lo importante era cooperar. Así, mandó el dinero reunido al padre Inés, para que prepararan un comelitón, que se brindaría en el salón anexo al templo para los peregrinos y para todo aquel que se acercara.
Ese año, llevó tres camiones. Y entre ellos, unos 5 o 7 amigos de la banda de guerra del la Virgen de Zapopan, que con bombo y platillo (en singular) (jeje) los acompañaron en la mini-romería...
Ahí no acabó todo. Apareció mi tío Ramón "el Raimond" con unas palmas que quién sabe de dónde se voló. Hizo su repartidero de palmas "robadas" a los peregrinos para hacer más bulla. Para mayor caché... tampoco volvería a suceder.
Además, ese año, mi abuela llevó "cueteros" que anunciaron la llegada de los peregrinos y que acompañaron con sus bombazos al aire la peregrinación. Con los "cuetes", llevo además el primer castillo a las fiestas del pueblo. Todo un acontecimiento. Y un éxito.
Al siguiente año, los patrocinadores vacunados crecieron tanto como los peregrinos, el número de camiones, los integrantes de la banda de guerra... y las gladiolas. Que no se volviera a volar las "el Raimond", que no palmas, gruesas de gladiolas para repartir a los peregrinos con el objetivo de que las ofrecieran a la Preciosa Sangre de Cristo.
En adelante, no sólo Adela Mora llevaba los camiones y castillo, también muchas otras familias y amigos se organizaron con sus camiones y cada familia patrocinó la fiesta y el castillo del día. Y en algún momento, se acostumbró llevar mariachi para "amenizar" la celebración de la misa.
El dinero recoelctado, no sólo servia para "el comelitón", sino que también se mandaba pintar la fachada del templo y arreglar la ornamenta, así como adornarlo con flores para su llegada. La gente del pueblo, también hacía su parte... unos cuantos días se iban a la entrada de San Juan del Monte a arreglar el polvoroso camino, ataviados con sus picos y palas tapando hoyos para que los camiones no quedaran atascados. Ahora, eso no es necesario... que San Juan del Monte, también ya tiene carretera :D. Eso sí, la brecha, ha quedado abandonada... jodidos los de la caminata :s que por ahí entran. Pero esa, es otra historia.
El dinero recoelctado, no sólo servia para "el comelitón", sino que también se mandaba pintar la fachada del templo y arreglar la ornamenta, así como adornarlo con flores para su llegada. La gente del pueblo, también hacía su parte... unos cuantos días se iban a la entrada de San Juan del Monte a arreglar el polvoroso camino, ataviados con sus picos y palas tapando hoyos para que los camiones no quedaran atascados. Ahora, eso no es necesario... que San Juan del Monte, también ya tiene carretera :D. Eso sí, la brecha, ha quedado abandonada... jodidos los de la caminata :s que por ahí entran. Pero esa, es otra historia.
Dicen que llegaron a ser unos 20 camiones (tal vez más), y entre ellos, uno sólo para la robusta banda de guerra.
Así nació y creció para nuestra familia "la fiesta grande" de San Juan del Monte, el día dedicado a los Hijos Ausentes, que ha estas alturas ya son muchos :(
Ahora va una anécdota.
También en algún momento, mi abuela fue abanderada con un estandarte de la Acción Católica. Y que yo recuerde, le gustaba compartirlo cada año con alguna representante. Algunas veces, la representante fue mi mamá :D. El estandarte tenía un asta de metal... muy pesado para recorrer calles del pueblo para llegar a la iglesia (porque hasta en eso la peregrinación creció. Caminaban por las calles del pueblo para no recorrer sólo las dos o tres callecitas de la entrada a la iglesia). Pero el día que mi abuela faltó, hubo ciertos problemas :s. Mi tía Teresa, la pequeña de edad, pero más de estatura... se aferró al estandarte como una leona. oh oh. Una gran carga considerando su tamaño y un pleito cada año porque no quería cederlo. Ahí iba cada año la chaparrita "cargando su cruz", a toda honra, eso sí... por fin un buen día, decidió abandonar la carga y cedió el estandarte :), tal vez ya había cumplido su penitencia :s
Esta fue la historia de la peregrinación, gracias a Jesús González por los datos.
La caminata, es otra historia...
:)
1 comentario:
Prima muy buena la historia, pero avergonzada de no saberla... siendo Mora, tan lejos y tan ausente como dices... me hubiese gustado estar alla y haber hecho esas tradiciones mias tambien...
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